El día 21 de junio de 2018 la Comuna Arquitecto Carlos Raúl Villanueva, de El Silencio, Caracas, ocupó los espacios del galpón del antiguo El Nacional, ubicado en la avenida Oeste 12, frente a la esquina Puente Nuevo, en El Silencio.
Los argumentos para la ocupación: (1) era un espacio baldío, guarida de la oscuridad y el delito; (2) en consecuencia, dicho espacio era "ocupable" en virtud del decreto presidencial 2.496 (20 de octubre de 2016), que declara "afectos al desarrollo de la agricultura urbana" y para la producción de alimentos los terrenos ociosos y abandonados ubicados en zonas urbanas (Art. 1); (3) los presuntos propietarios no fueron capaces de mostrar un documento legítimo de propiedad (¿cómo si es un terreno del Estado); (4) Venezuela, orientada hacia un socialismo redentor, propulsa el Estado comunal, la diversidad de formas de organización popular para ejercer el poder administrativo, económico y político; (5) en la zona de El Silencio, donde está enclavado el terreno, coexisten seis consejos comunales, debidamente organizados bajo la figura de comuna; (6) éticamente no es sostenible la existencia de espacios abandonados, aptos para la producción alimentaria, cuando el país vive una feroz crisis económica propiciada desde los centros del poder hegemónico mundial.
Cien personas se presentaron ante la vigilancia y solicitaron la apertura del espacio. Y desde el mismo día, sábado 21 de junio, representantes de los seis consejos comunales se abocaron a limpiar el lugar, removiendo escombros, clasificando los desechos, acondicionando, pintando, electrificando (vea el testimonio gráfico en https://photos.app.goo.gl/vd2zBxMMS9YnlBKC3). A partir de entonces, un consejo comunal por turno custodia el sitio a diario mientras se afinan los detalles de la instalación productiva.
Para el lugar está proyectado un criadero urbano de conejos con el propósito de producir tres toneladas mensuales de carne, además de los consiguientes subproductos como pelos para la industria textil, gelatina a partir de las orejas, piel, vísceras, cerebro, entre otros, cada uno con una posibilidad de desarrollo en el seno de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
El acto de ocupación se realiza con la siguiente coordinación organizativa: el activador productivo parroquial por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, Oscar Camero), la Jefa del Círculo de Lucha Popular número 6 (Marlene Rodríguez), los Jefes de las tres Unidades de Bolívar-Chávez del área (Durwin León, Fátima Goncalvez y Lisbeth Acosta), y los voceros de los seis consejos comunales de la comuna de marras.
El galpón, ocioso como ya se indicó, tiene su historia. En los años treinta del siglo XX fue plano para la construcción de casas multifamiliares, atendiéndose así, al margen de la Quebrada Caroata, a familias pobres; Marcos Pérez Jiménez las demuele y proyecta la Avenida "H", uniendo a Puente Nuevo con Puente Junín, pero el proyecto queda inconcluso y, en el desorden complaciente de la flamante democracia venezolana, la familia Otero se coge los espacios.
Durante la acción de ocupación, fue emotivo el momento cuando cada parroquiano presente se turnó para borrar con pintura rojinegra el nombre "El Nacional", distintivo frente al galpón (véase video https://www.youtube.com/watch?v=IjaROCZDZeg).
Así, pues, con fines de utilidad pública, figura contemplada en la legislación venezolana (Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o social), el espacio es ocupado por el poder popular, lo cual es ya un estadio adelantado de lo que vendrá: el Estado comunal.